miércoles, 22 de octubre de 2008

Pórtico; La saga de los Heechee

Pórtico es sin duda una de las mejores novelas de ciencia ficción de todos los tiempos. Con ella Frederik Pohl inicia una saga de 4 volumenes sobre los Heechees, una civilización extraterrestre con una tecnología muy avanzada y completamente indescifrable para el ser humano. Una civilización que estuvo en nuestro planeta y dejo un legado que supone una oportunidad única, casi salvadora de una humanidad en estado crítico. Pohl escribió Pórtico en 1977. Os extracto, copiado de expertos (http://www.ciencia-ficcion.com/opinion/op00195.htm), la trama de la obra maestra de Pohl (Premios Hugo, Nébula y John W. Campbell en 1978):


En el curso de sus correrías por el Sistema Solar la humanidad descubre Pórtico, la reliquia de una antigua y evolucionada raza que muchos milenios atrás exploró nuestro planeta cuando el hombre no había pasado aún de ser un homínido semisalvaje. Desaparecidos misteriosamente estos seres bautizados con el nombre de heechees por los terrestres, quedará no obstante el fabuloso botín abandonado por los mismos en el asteroide hueco conocido como Pórtico: una flota de varios centenares de astronaves en perfecto estado de conservación y capaces de viajar hasta el último rincón de la galaxia.

La Tierra esta agobiada por la superpoblación y la hambruna. La novela describe con detalle el espíritu de pioneros que comparten los prospectores (los que se embarcan en los navíos Heechee), dado que los tripulantes de los navíos no tienen ninguna seguridad sobre el punto en que llegarán, pues las naves se dirigen con piloto automático a diferentes destinos que no se pueden predecir antes de ir a ellos (la escritura Heechee es incomprensible para los humanos), ni de la clase de objetos o peligros que encontrarán una vez llegados.
Debido al alto índice de muertes y desaparecidos en viajes que nunca retornan al Pórtico, las misiones de prospección se efectúan a base de un sistema de recompensas y de regalías, que pueden llegar a ser cuantiosas si se efectúan un descubrimiento importante. Sin embargo se deja bien en claro que ser prospector es un lujo que pocos pueden darse, pues para empezar, para poder serlo se debe poder pagar el viaje espacial al
asteroide y los onerosos impuestos por el aire, agua y comida diarios. De tal suerte que los prospectores tienen una fuerte presión para descubrir algo que les permita siquiera quedarse.
El trasfondo trata del agotamiento de la Tierra como causa del empobrecimiento que obliga a los exploradores de recursos a emplearse en misiones arriesgadas que les permitan ganar el dinero necesario para acceder a una tecnología que ofrece a los que pueden pagarla la expectativa de una larga vida. En un mundo de amplias libertades las desigualdades económicas son muy marcadas y determinan en los individuos conductas extremas.

Tenemos nuestros prospectores, se embarcan en cayucos sin piloto autómático en busca desesperada de un futuro mejor a riesgo de perder su vida en cada viaje, pagando todo lo que tienen por una oportunidad escasa de sobrevivencia. Hemos logrado casi disociar nuestro mundo en civilizaciones indescifrables entre si. Tenemos nuestro Pórtico tan cerca. Luego dicen que la ciencia ficción es fantasiosa e irreal. Pero vivimos diariamente la más cruda realidad ficción.

2 comentarios:

Nutria dijo...

Simplemente observar que a mi ningún Premio Hugo de los que he leído me ha decepcionado.

Y que la comparación me parece bien traída.

Serfi dijo...

Bueno son muchisimos años ya de Hugos, alguno habrá más flojillo y ultimamente han perdido un poco de relevancia en favor de otros galardones. Pero yo quisiera tenerlos todos...